Está comprobado que las mujeres son más propensas a dañar físicamente a sus hijos, que los papás: 56.8 porciento vs. 43.2 porciento. Son las mujeres las que más fácilmente matan a sus hijos que los hombres: 55 por ciento vs. 45 por ciento. Son las mujeres las que cometen la mayoría de los asesinatos de recién nacidos, como lo investigó la periodista Patricia Pearson en su artículo “Cuando ella fue mala: Cómo y Por Qué las Mujeres se salen con la suye en un Asesinato”.
Alarmantes como se ven las estadísticas, no cuentan toda la historia sobre la violencia femenina contra los niños. Existen cintas de video en que se muestran a mamás y niñeras golpeando a pequeños, quienes obviamente no tienen ninguna forma de reportar los abusos. En un hospital británico, con cámaras escondidas, se descubrieron a 33 madres que deliberadamente ahogaron a sus bebés recién nacidos.
A lo que voy es que si las mujeres pueden utilizar violencia extrema y no provocada contra seres completamente indefensos, el mismo tipo de violencia puede ser hecho contra los hombres, a pesar de lo que digan las furiosas feministas