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sábado, 7 de diciembre de 2013

SINDROME DEL PADRE DESTRUIDO

 Denominamos “padre devastado” a aquel que pierde o le obstruyen el vínculo con sus hijos y queda absolutamente destruido en toda su persona por esa circunstancia. Se siente arrasado y su vida ya no tiene sentido. En su interior se entrecruzan una serie de sentimientos: tristeza, rencor, humillación, indignación, pena, bronca, resignación, esperanza, desesperanza; todo menos alegría, euforia, o tranquilidad de espíritu. Esta situación emocional arrasa con toda la persona, lo deja devastado, siente que perdió todo, desaparecen los puntos de referencia y termina generándole graves modificaciones en todo su comportamiento. Si la situación se hace prolongada, su persona se irá deteriorando y tendrá la sensación –en general cierta – de que está “cuesta abajo en la rodada”. Nada le interesa, todo le da lo mismo, nada le sale bien, todo se le vuelve en contra, la paranoia lo invade, su autoestima lo abandona, la indolencia lo hace suyo. Su situación laboral suele deteriorarse y es común que sigan la misma suerte, el resto de sus bienes y sus relaciones 

El Psicólogo, investigador y docente uruguayo Nelson Zicavo Martínez, comentando un artículo de Robert Fay, donde hablaba del síndrome del padre destruido nos dice: “entendemos como término apropiado el de “devastado” ya que el rol se ve anulado y no destruido; es que concebimos el Síndrome del Padre Devastado (SPD) como la constelación de síntomas que en el plano emocional y conductual provoca en el padre la vivencia de la pérdida de su hijo en el proceso post-divorcio, como realidad o aún como anticipación, como posibilidad futura del hecho.

Se trata de una constelación de síntomas provocados por el impedimento de contacto vivencial con sus hijos o hijas lo cual conduce a la pena, vivencia de quebranto y menoscabo, angustia, rabia, desazón, miedo, incertidumbre, donde la paternidad se ve devastada aunque se puede reconstruir cuando las condiciones sean propicias.

La intensidad de estas vivencias encuentra su origen en el grado de apego y significación de la relación padre-hijo. Siendo particularmente intensas dichas manifestaciones en aquellos casos que han desarrollado una vivencia relacional de gran apego y contacto permanente

Las funciones de los padres, mamá y papá, son complementarias y no suplementarias, la presencia de ambos y la no preponderancia de ninguno de ellos, es la mejor garantía de salud mental y equilibrio para los hijos.

El Psicólogo, investigador y docente uruguayo Nelson Zicavo Martínez, comentando un artículo de Robert Fay, donde hablaba del síndrome del padre destruido nos dice: “entendemos como término apropiado el de “devastado” ya que el rol se ve anulado y no destruido; es que concebimos el Síndrome del Padre Devastado (SPD) como la constelación de síntomas que en el plano emocional y conductual provoca en el padre la vivencia de la pérdida de su hijo en el proceso post-divorcio, como realidad o aún como anticipación, como posibilidad futura del hecho.

Se trata de una constelación de síntomas provocados por el impedimento de contacto vivencial con sus hijos o hijas lo cual conduce a la pena, vivencia de quebranto y menoscabo, angustia, rabia, desazón, miedo, incertidumbre, donde la paternidad se ve devastada aunque se puede reconstruir cuando las condiciones sean propicias.

La intensidad de estas vivencias encuentra su origen en el grado de apego y significación de la relación padre-hijo. Siendo particularmente intensas dichas manifestaciones en aquellos casos que han desarrollado una vivencia relacional de gran apego y contacto permanente

Las funciones de los padres, mamá y papá, son complementarias y no suplementarias, la presencia de ambos y la no preponderancia de ninguno de ellos, es la mejor garantía de salud mental y equilibrio para los hijos.

No queremos ser negativos. Aún a riesgo de ser tachados de heterodoxos, hemos encontrado un rayo de esperanza para los padres (y madres) destruidos. Tal vez lo bueno y hermoso, al final, siempre vence...

4 comentarios:

  1. A algunos padres destruidos nos hemos atrevido a averiguar la ideología y los propósitos de la industria que arrasará occidente.

    Sabemos quienes son, sabemos de quien se sirven y conocemos a sus tenderos en persona.



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  2. ¿Podría ser más explícito?

    No me malinterprete, pero su comentario suena a amenaza, coacción, chantaje... perfectamente mafioso, delirante y comatoso. Usted lo entenderá, pero no me queda más remedio que cagarme en su padre y en su madre, ambos dos y en usted si tuviera usted el valor de indica su nombre o a falta de agallas el de su tendero. Hay mucho hijo-a de puta en este mundo, sabe, pero usted anda perdiendo el tiempo. Donde debería proseguir su carrera es en un psiquiátrico. Hale enfermo-a, no sabemos si eres feminista, nazi, resentido-a por lo de Ibarruro o tarado-a, pero que sepas que es la última cochinada que escribes en este blog y que se localizará el origen de tus mensajes, payaso.

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  3. Esto, me parece, está muy mal interpretado. El primer anónimo habla a favor de lo publicado, una ideología feminista radical y de eliminación del componente masculino que arrasa occidente, ahora es muy claro y la destrucción continúa.

    Un segundo anónimo empieza cortés y termina haciendo lo que él mismo critica al inicio de su intervención. El primero ni refuta ni se vuelve a manifestar, será miedo o será el saber que no tiene caso rebatir. El caso es que en efecto, desde México doy mi punto de vista y es cierto: el síndrome del padre devastado es real y lucho diariamente desde hace 8 años para minimizar su avance y el número de casos. HOY ME ENTREGAN UN GALARDÓN por haber aportado a la psicología en Jalisco, México y yo....con un sentimiento de dolor, de no haber podido hacer más, de EXULANSIS. Sirva esto para ablandar corazones y rehumanizarnos, que buena falta nos hace...
    FB: Dr. Marcos Miranda HEROES INVISIBLES AC

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  4. Muy bien dicho Dr. Marcos Miranda, concuerdo con usted totalmente. Y quiero felicitarte por el reconocimiento obtenido y su lucha.

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