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lunes, 27 de septiembre de 2010

LA PRIMERA OLA DEL FEMINISMO

El feminismo "Bueno" - La Primera Ola del feminismo. 
                                                
Una de las visiones más comunes sobre el feminismo, es que esta ideología en los albores de su historia, no era más que un contenedor de buenas ideas, incluso ingenua en su candor, y entonces, nadie sabe cómo ni por qué, al pasar de los años degeneró, hasta llegar a Valerie Solanas, María Daly y Greer Germaine. Esta creencia -común de mucha gente- procede a menudo de un simple desconocimiento de lo que fue el feminismo original, pero también sucede con frecuencia que algunos asumen este tipo de posición por temor a ser calificados de "extremistas" e incluso de “personas non gratas”. La limitación restrictiva a condenar solamente el feminismo de las últimas décadas, apuntando a que se trata de un “feminismo degenerado", es un buen plan para que el feminismo aparezca como algo  "moderado" en la tradición clásica de los más untuoso y viscoso de lo "políticamente correcto" [el marxismo cultural].
En este artículo voy a presentar algunas notas históricas sobre el feminismo, sobre todo  el de la primera generación (desde finales de 1800 hasta principios de 1900), en función de factores desconocidos para la mayoría de la gente, incluyendo a algunos activistas anti-feministas, que se preocupan sobre todo de aclarar que la segunda y la tercera ola feminista cometió un error que es "la causa de todos los males”, en lugar de ver que estas olas no son más que dos fichas del dominó feminista que jamás podrían haber "caido" si la primera no le hubiera dado el visto bueno a todo el ”proceso”. Por lo tanto es fundamental para llegar a la raíz del mal que aún predomina en nuestra sociedad, descubrir los orígenes del mal del feminismo en el prototipo original, el de la primera ola.

Antes de eso, es imperativo no obstante, una breve introducción: no existe en este planeta, el "mal absoluto. Incluso las ideologías y los movimientos más desastrosos que la humanidad jamás haya dado a luz no pueden descartarse completamente como "mal absoluto": en todos ellos hubo también destellos de bien que en muchos casos han perdurado. Lo mismo ocurre con el feminismo.

Para empezar esta breve historia sobre el feminismo, comenzamos con una de las heroínas principales de la primera ola, Elizabeth Cady Stanton que nació en 1815 en los EE.UU. y que moriría en 1902. Stanton fue conocida entre otras cosas por sus ideas racistas sobre los "negros", 
que despectivamente llamaba "zambos", y por su mal disimulado clasismo. Cuando en 1868, fue modificado el 14º artículo de la Constitución de los Estados Unidos, que garantiza los derechos civiles de los esclavos afroamericanos, Stanton, dijo: "Si todo el mundo tiene que votar - negros y blancos, educados y no educados, limpios y sucios, entonces la seguridad nacional tiene que equilibrar esta ola inminente de ignorancia, pobreza y vicio, con la virtud, la riqueza y la educación de las mujeres del país". Stanton, junto con su amiga Susan B.Anthony (que merece tema aparte...), fundó entonces en 1869 la Asociación Nacional para el Voto de la Mujer, que puso su base en el Sur de la nación, y organizó un grupo de mujeres blancas con el sólo objetivo de oponerse al voto de los hombres afro-americanos. Ya dos años antes, en 1867, Stanton y Anthony formaron una alianza con el notorio racista George Francis Train, un demócrata que se oponía al voto de los negros, que a partir de entonces financiaría la revista "Revolución", publicada por sus dos hijas y las dos feministas, y que ensalzaba a las mujeres blancas, de clase media educada como "superiores" a la población masculina americana originaria de Africa.
El pensamiento, si se me permite la expresión, de Stanton, está bien ilustrado en las cartas recogidas en su diario personal. Esta es de fecha 27 de diciembre 1890:

"Acabo de escribir a una interlocutora: "Usted dice, '¿Por qué hemos nacido mujeres?' Te estoy enviando este mensaje junto con una hoja que contiene un artículo mío en el que muestro la superioridad de las mujeres como factor de civilización. Nuestro problema no es nuestra feminidad, si no las barreras artificiales de las costumbres impuestas bajo falsas premisas. Nosotras somos como sexo, infinitamente superiores a los hombres, y si fueramos libres y nos desarrollasemos sanas de cuerpo y mente, como debería ser en condiciones naturales, nuestra maternidad sería nuestra gloria. Esta función característica da a las mujeres tal sabiduría y poder como ningún hombre posee. Cuando las mujeres puedan ser autosuficientes, tener acceso a todas las profesiones y oficios, con una casa encima de su cabeza y una cuenta bancaria, a continuación, entonces poseeríamos nuestro propio cuerpo y seríamos las dictadoras de la vida social".

Como podemos ver, mientras que el lenguaje con que las feministas alimentaban a las masas era de tipo exotérico y por tanto, era con el propósito de engañar al mayor número de personas que se hablaba de "igualdad”, “igualdad de oportunidades”, “paridad” y así sucesivamente, el lenguaje utilizado entre ellas era una especie de esotérismo, destinado a los círculos íntimos y restringidos, y allí se hablaba de "la superioridad de la mujer" y otros conceptos similares.

El análisis de Stanton sobre el hecho de que en una sociedad donde las mujeres pueden mantener plena autonomía (la famosa “emancipación de la mujer"), con el tiempo éstas acabarían por convertirse en unas "dictadoras de la vida social" es cuanto menos muy apto, lúcido y con visión de futuro. La Stanton, si hubiera vivido en nuestros días, comprobaría que la realidad que había imaginado tiene lugar ante nuestros ojos. El medio por el cual este proceso se afianza, no es tanto la maternidad  tan exaltada por Stanton, si no el poder sexual femenino, que dejado  a "rienda suelta" es realmente capaz de establecer una dictadura en la vida social en la que los hombres compiten entre ellos, y se sacrifican para obtener la gracia  de una mujer, de un modo mucho más sangriento de lo habitual.
Siguiendo con el diario de Elizabeth Cady Stanton, una excepcional pieza de comedia si no fuera por que este caso psiquiátrico de mujer es considerada como una heroína por las feministas de todo el mundo:

Basingstoke, 31 de enero de 1891 

"Después de haber leido durante seis meses sobre el matriarcado, me sorprende haber descubierto que estamos mucho más endeudados con la mujer que con el hombre, no sólo en cuanto a la inteligencia y la moral de la raza, si no incluso en cuanto a muchos de los mayores avances en el progreso material. Dos cosas se deducen claramente: que la mujer no siempre ha sido la esclava del hombre, y que no siempre ha sido físicamente inferior a él. En los primeros tiempos salvajes de la humanidad, ellos se ocupaban sólo de sí mismos, mientras ellas cuidaban de sí mismas y de los niños. Ningún historiador hasta hace treinta años nos había reportado durante cuánto tiempo las mujeres reinaron en supremacía, y el gran acopio de fuerza física que poseíamos cuando eramos libres. La maternidad fue la fuente y el centro de todos los primera pasos hacia la civilización. Debido a la variedad de cosas que se veían constreñidas a hacer, necesariamente sus diversas capacidades las hacían más refinadas y eran físicamente más desarrolladas que los hombres que estaban a su lado, y obligadas como estaban a prestarse a los demás, sus sentimientos morales se despertaron antes que los del hombre. "

¿Tenemos que analizar cada palabra semejante delirio alucinatorio? Stanton dice que durante  mucho tiempo la mujer "reinó" suprema, sin citar fuentes que demuestren la existencia de este imperio perdido, y negando incluso uno de los dogmas de la religión feminista, que es el de la opresión milenaria de las mujeres por parte de los varones. En este Imperio femenino, las mujeres se desarrollaron físicamente hasta convertirse en mayores que los machos: desafortunadamente, no hay rastro de este brillante devenir de las civilizaciones hiper-desarrolladas de las mujeres del pasado. Seguramente debe haber una conspiración de los arqueólogos masculinos. En otras cartas, igualmente delirantes como la de arriba, Stanton tergiversa sobre las temibles habilidades de la mujer guerrera, llegando a lanzar amenazas veladas a los hombres de que en un futuro no muy lejano podrían tener que volver a exponerse una ferocidad tal en el campo de batalla.

Stanton es sólo uno de muchos ejemplos de las feministas de la primera ola que habló de "superioridad femenina", mostrando así las verdaderas intenciones del movimiento feminista. Además de la superioridad femenina, otro tema que ya en aquellos  momentos debatían las feministas era la partenogénesis. 

Como se puede ver ya desde estos primeros ejemplos, las feministas de la  segunda ola del feminismo (el famoso 68), y más tarde las de la Tercera Ola (1990 hasta el presente), no han inventado nada, sino que simplemente aprendieron los fundamentos del feminismo primitivo y luego se encaramaron a él. Se podría incluso decir que, considerando el número de cuestiones demenciales de las que se ocupan habitualmente las feministas actuales, que sus antepasadas eran mucho más extremas en su trabajo de destrucción de la sociedad y de agresión al Universo Simbólico Masculino.

Decíamos que uno de los temas ya en boga durante la Primera Ola fue la partenogénesis: tal vez el ejemplo más famoso en este caso, es el trabajo de la feminista americana Charlotte Perkins Gilman, quien en 1915 escribió la novela utópica "Herland" ("La Tierra de Ellas"). En Herland tres amigos deciden unirse a una expedición científica para explorar uno de los últimos lugares en el planeta que aún se desconoce, y durante este viaje llegan a tener conocimiento de una tierra escondida en las montañas, donde hay una sociedad formada únicamente por mujeres. Los tres sienten curiosidad, y continuan la expedición en solitario. Sobrevolando la zona interesada con el avión, finalmente consiguen encontrar el lugar exacto donde vive esta civilización completamente femenina.

La caracterización de los tres protagonistas masculinos, por supuesto, está cortada con un hacha: allí está Vandycke, el hombre-feminista que aspirar por completo a este pseudo-paraíso perdido, está Jeff, el hombre inconsciente, que es un caballero  romántico y sensible que tiene una visión "idealizada" de la feminidad y trata de tener un cuidado amoroso de su compañera, y luego es evidente que existe un malo en el grupo, el misógino Terry, quien finalmente abandona este paraíso después de un intento de violación (¿Podía faltar la violación del cerdo-masculino en un libro como éste?).




Incluso la caracterización de los personajes femeninos no deja lugar a un término medio: todas son hiper-atléticas (físicamente iguales o mejor que los machos), muy inteligentes, bellas, cultas y sabias. La Gilman no nos dice si estas criaturas angelicales mean champagne, cagan helado a la crema y peden Chanel N º 5, pero se dirige claramente al lector a imaginar tal escenario. Los tres protagonistas masculinos son inmediatamente capturados por las mujeres, pero "con cuidado". Muy pronto tratan de escapar, y cuando están a punto de lograrlo, al final se dan cuenta de que habían sido controlados todo el tiempo por estas amazonas con el cerebro de Einstein, y vuelven a ser hechos prisioneros. La escena es similar a la de una madre que mira su hijo pequeño, poseedora de una inteligencia superior que tiene bajo su control total a una criatura de una  inteligencia limitada. En este caso, la criatura estúpida son los tres protagonistas masculinos. Resulta, sin embargo, y esto es sólo una de las muchas contradicciones del libro, que estas amazonas hiper-inteligentes habían vivido solas, sin hombres durante los últimos 2.000 años. Uno se pregunta por qué los tres hombres lograron llegar a ese estúpido Paraíso Perdido en un avión, que es el producto de la habilidad técnica avanzada y de la inteligencia de los hombres, mientras que las mujeres de ésta civilización no habían sido capaces de construir cualquier cosa parecida, tecnológicamente hablando. Sin embargo, no habían sido "oprimidas por los hombres”, no habiendo conocido siquiera a uno.

La mujer les contó entonces la historia de su tierra, y como 2.000 años antes una serie de guerras catastróficas y de desastres naturales condujo a la completa aniquilación de los hombres, que dieron la oportunidad a las mujeres de alcanzar el poder. Después de un tiempo, una niña fue mágicamente embarazada, y dio a luz una bebé dotada ella también con esta capacidad milagrosa de procrear sin necesidad de la colaboración de los hombres que hemos llamado partenogénesis, una palabra introducida en la novela por uno de los tres protagonistas masculinos, pero desconocida para las amazonas-cerebritos que piensan que se quedan embarazadas por la gracia divina.

Con el tiempo, estando la sociedad de Herland bajo el control total de las mujeres, llegó a apuntalarse un sistema social pacífico, ordenado, sin crimenes, sin competencia, y ausente de conductas antisociales. En Herland no existe la pobreza, incluso no existe la basura. También las propiedades, en Herland son públicas, todo en común, ya que la empresa es sólo una "gran familia". Los hombres se ven, evidentemente sorprendidos por todo este esplendor, y cambian de opinión acerca de la superioridad de los EE.UU. y el sistema social europeo, que ahora consideran inferior al de este paraíso matriarcal. Es evidente que el único necio de los tres que no puede ver la superioridad del sistema social de Herland es Terry el misógino. Las mujeres de Herland son todas fuertes, visten con ropas que no se parecen en modo alguno a la ropa de las mujeres normales en el resto del mundo, llevan el pelo corto (el pelo largo es una imposición patriarcal) y difieren poco en cuanto al fondo de los machos. Terry dice que las mujeres de pelo largo son más femeninas mientras que Vandycke el feminista está listo para devolver el golpe, diciendo en cambio que el las encuentra muy bien con el pelo corto. 
En cuanto a la religión, en Herland se venera la maternidad y la naturaleza, mientras que Dios es visto como una madre "sagrada". En Herland, sin embargo, las mujeres no son las únicas criaturas maravillosas e hiper-inteligentes: hay gatos también, que se describen como saludables, hermosos, inteligentes y "ciudadanos modelo". Estos son el producto de una selección realizada por las mujeres para reproducir solamente los gatos con el mejor comportamiento. Estos gatos son tan buenos, que cazan a los roedores, pero dejan en paz a las aves. No está claro por qué en el mundo "igualitario" de Herland, los roedores son vistos como animales de segunda clase. Los habitantes de Herland se describen más bien como asexuales, no tienen relaciones sexuales, y de hecho hacia el final de la historia cuando los tres protagonistas masculinos se casan con tres mujeres de la localidad, todos tienen  problemas, porque sus mujeres consideran que el sexo (entre machos y hembras) solo es útil para la procreación.

Al final del libro, el misógino Terry trata de violar a su novia, y él y sus dos amigos son exiliados. Vandycke y Jeff, que ahora se ha convertido en el perfecto hombre-felpudo feminista, vuelven a entrar en el pueblo, mientras que Terry se siente feliz de poder marcharse. El libro termina con Terry Vandycke, y una de las mujeres de Herland que parten para mostrarle el mundo exterior, de modo que ella pueda regresar y decir a las otras lo que ha visto.

A lo largo de todo el libro las mujeres de Herland se nos presentan como muy atléticas, y este tema se describe por los "eruditos" feministas como la prueba de que nuestras nociones acerca de la "superioridad física masculina" están completamente equivocadas. De hecho, la extraordinaria capacidad atlética femenina de Herland debería ser la comprobación (?) de que la "supuesta debilidad física" de las mujeres es un producto de la cultura. Cuando los tres protagonistas del libro son detenidos, son humillados en varios juegos y ejercicios físicos por mujeres mayores, que corren más rápido que ellos y demuestran ser más atléticas, batiéndoles con facilidad. Más tarde, también son derrotados muy fácilmente por tres chicas en un juego de lanzamiento de piedras. También de acuerdo con las "eruditos" feministas, estas historias de fantasía serían la prueba que "destruye el mito de la debilidad física femenina.

No es raro, de hecho, encontramos con que las feministaspara apoyar su tesis acerca de la igual o superior capacidad atlética de las mujeres citen como prueba las películas de Hollywood o los videojuegos. Por otra parte, incluso la mencionada Elizabeth Cady Stanton cree que el cuerpo femenino fue el resultado de la cultura y no de la naturaleza, y que en una sociedad igualitaria las hembras se volverían físicamente iguales o superiores a los machos. Las feministas usan a menudo la expresión "criada como un niño", en referencia a la hipótesis de que si una mujer fuera “criada como un hombre”, de mayor sería físicamente igual a un macho. Pene incluido, supongo.

Hay otra cosa en común de la Gilman con la Cady Stanton: puesto que ella era una belleza racista, como nos lo hace intuir en algunos pasajes del libro, donde describe a la población femenina de Herland como compuesta únicamente de mujeres “blancas”, y probablemente de orígenes “arios”.

El tipo de sociedad "aria", que se nos presenta en Herland ciertamente que habría gustado a Margaret Higgins Sanger Slee, feminista estadounidense y activista de la eugenesia nacida en Nueva York en 1879 (no dejen de prestar atención a la fecha: esta debió ser "la edad de oro" del feminismo, según los libros de texto feministamente correctos).


También hubiera fascinado a Maria Stoppes [1880-1958], líder feminista y admiradora de Adofl Hitler. 
http://feminofascismo.blogspot.com/2009/01/quien-es-marie-stops.html [Muy interesante]
Y encaja perfectamente con estas declaraciones de JANE FONDA: "Sigo creyendo que las mujeres son el sexo superior". 


Sanger, como sus tres colegas antes mencionadas, además de odiar a los hombres era de hecho una gran racista.

"La masa de los negros, especialmente en el sur, todavía continúa procreando sin remisión y desastrosamente, con el resultado de que el aumento de los negros, aún más que entre los blancos, se da en la porción de la población que es menos inteligente y menos capaz de adaptarse y de  criar a sus hijos adecuadamente".

En una carta privada, escribió este iluminador pasaje que explica claramente su manera de pensar y de actuar:

"No queremos que circule el rumor de que queremos exterminar a la población negra, y el ministro es el hombre adecuado que puede enderezar esa idea si alguna vez hubiera de pasar por la mente de sus miembros más rebeldes."

Sanger estaba tratando de llevar adelante el "Proyecto Negro", un programa de control de la población afroamericana, y para evitar que algunos se rebelasen, fueron contratados "ministros" evangélicos negros para infiltrarse en la comunidad afroamericana para sofocar eficazmente cualquier posible rebelión. Como buena eugenésica y fundadora de Planificación de Familiar (Planned Parenthood), Sanger vio el control de la natalidad como uno de los métodos útiles para "mejorar la raza" en una carrera para "la eliminación de los ineptos", a la que también se llamaba "higiene racial". Entre las razas inferiores a ser esterilizadas, estaban los negros, los judíos, los eslavos y los italianos. En 1926, como era costumbre en el momento también para muchas otras feministas, fue invitada como oradora en un mitin del Ku Klux Klan que se celebró en Nueva Jersey. En su libro "El Colapso de la Civilización", Sanger recomienda la erradicación del planeta de "las malas hierbas humanas" y la esterilización de "razas genéticamente inferiores."

En cuanto respecta al matrimonio, Sanger lo definía como "una aburrida balsa de vida doméstica." Betty Friedan (verdadero nombre de "Betty Naomi Goldenstein)" [1]) sería la feminista que definiría el matrimonio como "un confortable campo de concentración" y la que dio comienzo la Segunda Ola feminista, menciona varias veces en sus propios libros a la Sanger, demostrando, por si todavía hubiera alguna necesidad, el continuismo entre la ideología feminista de la primera generación, con la de las sucesivas generaciones.

No es de extrañar entonces que después, habiendo tenido como sus predecesoras a desequilibradas, chauvinistas y misandricas, las feministas de la segunda generación y las de la tercera simplemente hayan seguido recorriendo el mismo camino, inventando bien poco de novedoso respecto de lo que se venía tramando desde un inicio por las las feministas de la primera generación.

Germaine Greer es una de las feministas de la segunda ola que ha asimilado todo el odio y el chauvinismo misándrico feminista de sus antepasadas y lo ha vertido sobre la sociedad, tanto para aportar su contribución personal a la destrucción del tejido social como para fomentar la guerra entre sexos. En un artículo suyo publicado el 16 de noviembre de 2002 en the Guardian, la Greer escribe:
"... Los hombres siempre han estado de sobra [...] las mujeres y los niños se las han arreglado siempre sin ellos, contradiciendo su pretensión de que hubo un tiempo en que ellos fueron imprescindibles."

Greer prosigue diciendo que la prescindibilidad del hombre se deriva de su propia biología, porque un hombre puede fecundar a un gran número de hembras, mientras que una mujer tarda 9 meses para tener un hijo. Siguiendo este razonamiento, la feminista australiana cita la vida de varios animales, como los leones. Según Greer, los leones machos son "toyboy" [2] en manos de las leonas, que después de haber sido preñadas, pretender ser necesarios, y que si se quedan con ellas "lo hacen por amor." Aparte de la locura de un tal argumento aplicado a las bestias (¿Pretende la Greer que las leones podrían pensar igual que las mujeres de hoy?), obviamente esta demente-feminista nunca ha visto documentales sobre leones, pues después de capturar una presa, esta es arrebatadad a las leonas por una manada de hienas, que solo se puede recuperar por la intervención de un león macho de gran potencia  que él solo pone en fuga a todas las hienas, recuperando la comida que después será consumida (por lo general después de él) también por las leonas y los cachorros.

El artículo continúa con similares disparates sin sentido: "Las mujeres siempre han sido capaces de sobrevivir sin hombres. Lo que es más, las autoridades siempre han sabido que las mujeres podrían sobrevivir sin los hombres, y se han desprendido de sus hombres siempre que les ha sido útil, para los negocios, la guerra o por otras razones. "

La palabra clave en esta frase es "sobrevivir", que es muy distinto de "llevar una existencia digna y confortable." Pero Greer, que utiliza un computador que es el resultado del genio masculino, y vive rodeada de diversas comodidades que también resultan en un 99% del genio masculino, ahora que la "civilización" parece haberse estabilizado en un estado de confort, seguridad y bienestar generalizado, ahora dice que "las mujeres pueden prescindir de los hombres." Se requiere un gran coraje y una gran hipocresía para reclamar, ahora, su "emancipación" del género masculino.
Greer sigue:
"Los hombres se enojan cuando los describo como un "fenómeno de la naturaleza, frágil, fantástico, raro", y como retrasados mentales, 'llenos de extravagantes obsesiones fetichistas sobre las actividades y de objetivos arbitrarios, condenando a la competencia y la injusticia no sólo a las hembras si no también a los niños, a los animales y a otros hombres'.
Debe ser una humillación insuperable para las feministas, describir un pasado (y un presente), de terrible opresión masculina: ¿Qué humillación mayor puede existir que ser oprimido y dominado por seres "frágiles", "chistes de la naturaleza" y "retrasados mentales"? 

¿Quién podría ser dominado por estos
 seres inferiores, si no fuese incluso más inferior? 
Obviamente Greer, que se ha hecho una idea de la historia mediante la lectura de textos feministas, y de la relación entre hombres y mujeres en función de su propia psicosis misándrica y degenerativa, se equivoca enormemente, por lo que la ecuación entera salta y todas sus pretensiones pierden su significado. 

Es de reseñar que "la injusticia de los hombres", además de hacia las mujeres, para Greer se dirige también hacia los niños y los animales: un clásico de la empanada propagandística feminista, que busca poner a todas las "víctimas" en una sola olla, y señalar cómo culpable al omnipresente Orco masculino. La Greer no puede pretender desconocer las estadísticas sobre maltrato infantil , pues señalan a las mujeres como principales responsables, y no puede hacer la vista gorda cuando por la calle ve a una mujer con su bolso de piel de cocodrilo o su abrigo de visón.
Greer sigue diciendo que, sin embargo, para todas las cosas raras que los hombres hacen todos los días, quee el público está siempre compuesto de mujeres, y que incluso si los hombres están de más, la "vida humana" tiene todavía una meta", así que aún en ese contexto caótico y sin sentido, los dementes machos todavía están a gusto.

El artículo se cierra con Greer, después de escupir semejante veneno, diciendo que "no son las mujeres las que sueñan con un mundo sin hombres, si no que son los hombres los que sueñan con un mundo sin mujeres".

Se necesita tener una cara de cemento armado para sostener al final de un artículo entero que habla de la inutilidad de los hombres, que "los hombres sueñan con un mundo sin mujeres." Se necesita una gran cara de cemento armado, por formar parte de un movimiento que ha producido decenas de escritores que han vaticinado un mundo enteramente femenino, y luego decir que "los hombres sueñan con un mundo sin mujeres".

A esto, en psicología, se le llama "proyección" [3], es decir, "el mecanismo por el cual una persona proyecta sus deseos personales, estímulos, estado de ánimo, pensamientos y sentimientos sobre otras personas indeseables o grupos de personas". Greer, al igual que muchas otras de sus colegas feministas, en realidad piensa un mundo totalmente femenino, lo  quiere, sugiere que sería el mejor de los mundos posibles, pero al final del proceso, en un momento fugaz de conciencia sobre la negatividad de su pensamientos, los rechaza "proyectándolos" sobre los machos, espantada por la idea de que estos puedan mantener también similares reflexiones mentales. 

Germaine Greer ha demostrado ya esta forma de pensar en el pasado respecto a otros temas, como en su libro "El Eunuco Mujer", en el que trata de explicar cómo las mujeres no entienden cuanto las odian los hombres. Una vez más, la palabra clave es "proyección": el acto de lanzar sobre el prójimo un pensamiento propio que, se siente que es básicamente injusto, y que genera a continuación el temor de que también el prójimo sostenga los mismos pensamientos.

Greer y las otras feministas pueden poner sus almas en paz: los hombres no sueñan con vivir en un mundo sin mujeres, y los hombres no odian a las mujeres.

Los hombres se preguntan, sin embargo, sobre estas feministas expertas en proyección, por qué ellas odian tanto a los hombres como para soñar con un mundo sin ellos.
Traducción y revisión:  Guillermo Tell

[1]  Era judía, como también lo fueron todos los judíos feministas importantes de la Segunda Ola: Además de Betty Friedan, la agente de la CIA Gloria Steinem, Susan Brownmiller, Andrea Dworkin y Susan Sontag. Esta última, durante sus estudios de postgrado tomó lecciones nada más y nada menos que de Leo Strauss [...]. 
[2]  Término del argot usado para describir a hombres robustos jóvenes que son utilizados como un pasatiempo por mujeres más viejas o más ricas. Observese la demencia en hacer víctimas del male-bashing (acción de denigrar al macho) no sólo a los varones del género humano, si no ... también a los animales, utilizando los mismos términos usados para denigrar a los hombres.
[3]  "La operación de expulsión de los sentimientos o deseos que el individuo encuentra totalmente inaceptables, demasiado vergonzosos, demasiado obscenos, demasiado peligrosos y la atribución de los mismos a otra persona". -Peter Gay 

9 comentarios:

  1. A ver si una mujer tiene huevos de correr más que Husein Bolt. Estas locas están haciendo mucho daño a la sociedad. La realidad es que la mujer es feliz si se ajusta a la ley natural y no pone trabas al desarrollo de su maternidad bajo la protección de buen hombre y de Allah Misericordioso.

    Disfruto mucho leyendo sus blogs. Buen trabajo amigo.

    Uzman.

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  2. El artículo me parecio extremadamente interesante y crucial para encuadrar exactamente la locura que significa el feminismo, no desde hace poco, si no desde el primer día.

    Celebro que disfrutes con mis blogs, yo me alegro de que alguien los retroalimente con sus comentarios. Lo cierto es que pienso que cada vez haré menos entradas por que la labor que pretendía hacer está más o menos hecha.

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  3. http://loshombressobran.webs.com

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  4. Más vale que vayas a un psiquiatra, y menos manipulador. Elizabeth Cady Stanton no era racista, sino abolicionista, que luchó contra la esclavitud de los esclavos de raza negra. Según tu argumento Lincoln también era racista. De lo demás más vale no decir nada porque aparte de ignorante estás de psiquiátrico.

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  5. Lucrecia Mott y otras tenían amigas de raza negra y las incluían en el derecho al voto. Stanton hizo algún comentario racista pero lo era menos que la mayoría de la población blanca del período, por eso luchó contra la esclavitud. No creo en la superioridad de nadie, aunque sea feminista, pero tú sí que crees en la superioridad masculina, aquí tienes un problema.

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  6. Doña Silvia,

    Es usted la que debe de dejar de ser una manipuladora, resulta que el año 2000, el respetado historiador negro Lerone Bennett Jr. publicó un libro demoledor, "Lincoln, un racista lleno de gloria" donde queda de manifiesto el ferviente racismo supremacista del presidente Lincoln. O al menos, debe usted informarse mejor antes de abrir la "boquita".

    Respecto a mandarme usted a mi al psiquiatra, por el hecho de no creerme todas las manipulaciones históricas y científicas que conforman la médula de su disparatado bagaje cultural... pues va a ser que no. Yo no le mando a usted al psiquiatra, no llego a su atrevimiento, no obstante y solo si usted lo desea, puedo aconsejarle algunos que son muy serios, gente que estudia, se informa y sabe lo que se lleva entre manos. Lo contrario a los típicos bocazas.

    Los "abolicionistas", con las inevitables excepciones, eran unos perfectos racistas, en realidad la guerra civil norteamericana que ellos provocaron al no aceptar el derecho constitucional que tenían los estados del sur de abandonar la Unión, tenía como objetivo la supremacia del modelo económico industrial sobre el agrario. El tema del "abolicionismo", además de consideraciones religiosas (como en el bando anti-abolicionista) solo buscaba crear una masa de trabajadores del campo lo suficientemente desesperados como para entrar al mercado laboral del norte en unas condiciones de precariedad que hacían palidecer la pacifica vida de las plantaciones del sur. Motivo por el que hubo no pocos negros libres y esclavos que lucharon voluntariamente en contra de Lincoln y sus industriales, que lo que querían simplemente eran esclavos pero que a diferencia de los hacendados del sur, no querían darles comida, vestido ni vivienda. Lo mismo que había sucedido en Gran Bretaña en los albores de la revolución industrial, era preciso crear parias y proletarios donde antaño habían campesinos infeudados En otras palabras: no había suficientes esclavos en el norte y querían sacarlos de los estados del sur. ¿Lo comprende?

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  7. Las citas racistas de Lincoln son cuantiosas y muy fuertes, aunque usted las desconozca, y para que usted compruebe lo bien que analiza esta cabecita de hombre, lea lo que le dijo el Sr. Lincoln a su amigo Horace Greeley:

    "If I could save the Union without freeing any slave I would do it".

    ¿Entiende usted ahora cual era el secreto escondido de ese cuento histórico que usted compró llamado "abolicionismo"?

    Aclarado el asunto del abolicionismo, vayamos con su SEGUNDO argumento, respecto a que Fulanita y Menganita tuvieron amigas negras. Sencillamente le diré que es el colmo del infantilismo. Por la misma regla de 3 me veo obligado a informarle de que eran muchísimos los anti-abolicionistas que tenían amistades de raza negra, incluso me atrevería a decir que el trato familiar en las plantaciones era la norma, el ritmo de trabajo en el sur mucho más sosegado y por tanto mucho más asimilable a la cultura africana y las historias truculentas sobre castigos y persecuciones de esclavos en rebeldía, anecdoticas en relación al conjunto. Por supuesto, se sobreentiende que ambas esclavitudes, la del norte como la del sur no son estados sobre los que edificar ninguna utopía humana.

    Finalmente, respecto al derecho al voto, perdida como se hallaba usted en el desconocimiento de las circunstancias históricas de la época, la esencia de este asunto de las sufragistas era que el derecho al voto era y sigue siendo algo tan complejo en los EEUU, que el voto negro no suponía el menor problema, ni para bien ni para mal, para la mayoría blanca que fundó los EEUU, de hecho hasta hace muy pocos años, los negros votaban muy poco, debido a la complejidad de los tramites burocratico-administrativos que posibilitan acceder a ese derecho. De hecho, el sufragio negro no era más que otro caramelo sin contenido y de cara a la galería en medio de una batalla por el poder. Lo mismo que la no por acalorada menos hipócrita defensa de la libertad de los esclavos de Lincoln. Mentiras. ¿Y como va a crear algo consistente aquel que, como usted, se nutre de ignorancia y de falsedades?
    Saludos.

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  8. Stanton, a pesar de "algunos" comentarios racistas, como era feminista, solo era un poquito racista, y desde ya menos que la mayorñia. ¿No es cierto?

    Señora Mistral, yo no creo en la superioridad de nadie, pero la que tiene un problema de falta de ecuanimidad, de falta de rigor y de ausencia de criterio, me parece que ha quedado claro con su evidente doble vara de medir, es usted.

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  9. Sra Mistral:
    Su amiga Stanton era la que creía en la superioridad de las mujeres sobre los hombres. En el artículo he citado sus propias palabras con el rigor de un notario.
    Por favor no me calumnie ni me ponga el lugar en que sus propias palabras han colocado a la Sra Stanton. Ella no es mi maestra, sino la suya.

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