EL FEMINISMO ES EL PLAN DE LA BURGUESÍA FINANCIERA PARA LA ESCLAVIZACIÓN DEL RESTO DE LA HUMANIDAD.

EL FEMINISMO ES PARTE FUNDAMENTAL DEL PLAN DE LA BURGUESÍA FINANCIERA PARA LA ESCLAVIZACIÓN DEFINITIVA DEL RESTO DE LA HUMANIDAD.

domingo, 22 de mayo de 2011

sábado, 21 de mayo de 2011

¿POR QUE EL FEMINISMO ES UN FRAUDE? [2]


"Nuestra cultura, incluyendo todo lo que nos enseñan en las escuelas y universidades, está por lo tanto impregnada de pensamiento patriarcal que debe ser roto de tronco y raíz si queremos que el verdadero cambio se produzca. Todo debe desaparecer– incluso las disciplinas supuestamente universales de lógica, matemáticas y ciencias, y los valores intelectual de objetividad, claridad y precisión de la que dependen los anteriores." — Daphne Patai y Noretta Koertge, “Professing Feminism: Casic Books, 1994), p.116
La lógica y la objetividad no están en el manual feminista, no pueden permitir su existencia porque debilitaría todas las mentiras que utilizan para imponer su agenda. Utilizan a las mujeres como un arma para tratar de comunalizar la sociedad. Examinemos la cuestión del porno/revistas de muchachos/ropas. Las feministas exclamaban que estar con el mismo hombre es opresivo, que las mujeres tienen derecho a hacerse cargo de su propia sexualidad. Para usarla para sí mismas (La idea que se ocultaba detrás era destruir las relaciones, las precursoras de la familia).
Las mujeres fueron 'liberadas' de las relaciones. Ya no experimentaron el estigma de ser “de baja moral” como Richard Blackwood solía decir. ¿Por lo tanto, que es lo que ESCOGIERON hacer estas mujeres? Pues sencillamente, entraron en la industria del sexo. Usaron sus cuerpos para ganar dinero. Ellas se explotaron a si mismas por dinero en efectivo. Enviaron fotos a NUTS y Maxim con la esperanza de conseguir un empleo.
A las feministas no le gustó eso, por lo que atacan la industria (bueno, a los hombres en ella), convenientemente haciendo caso omiso de las opciones realizadas por las mujeres, y de alguna manera culpando a los hombres por "obligar a las mujeres a merodear para conseguir audiciones porno, rodajes FHM y tal. (Algunas de las más grandes productoras en la industria del porno son mujeres, como Jenna Jameson, Jill Kelly etc., pero la realidad las feministas las ingnora. Todavía en el caso de que las productoras sean mujeres, deben de estar explotadas por los hombres, en algún lugar, de alguna manera).
También odian la familia nuclear con pasión. (Naturalmente, la etiquetan de opresiva, culpan a los hombres por oprimirlas, dicen a las mujeres que rechacen la familia para empoderarlas, la misma vieja historia). .
"[La familia nuclear es la piedra angular de la opresión de la mujer: refuerza la dependencia de las mujeres en los hombres, refuerza la heterosexualidad e impone las estructuras de carácter masculino y femenino imperantes a la próxima generación." — Alison Jaggar,  Feminist Politics and Human Nature.
Las feministas también presumen que todos los hombres son criminales, delincuentes sexuales, violadores, etc.. Bárbaras criaturas malvadas que deben ser esclavizadas. Los hombres están separados de los niños en los aviones por culpa de la propaganda feminista contra los hombres Fuente. Los hombres son atacados por caminar por el parque con sus hijas. Fuente. Los niños fracasan en escuelas feminizadas. Fuente. Inventan historias para demonizar a los hombres. Fuente. y etc.
"Todos los hombres son violadores y eso es todo lo que son" : Marilyn French, autora.
En realidad, no hay ninguna discriminación salarial, las mujeres quieren que las fotografíen en lencería, a las mujeres les gusta llamar la atención, las mujeres quieren tener familias, las mujeres no quieren trabajar en empleos de alto riesgo (el 95% de los muertos en accidentes de trabajo son hombres).
Actualmente, la mayoría de las mujeres (y hombres) defenderá al feminismo porque están lavados del cerebro y no conocen nada mejor. Las mujeres lo defienden debido a los beneficios que les da. Los hombres lo defienden porque tratan de granjearse el favor de las mujeres.
El grupo feminista ucraniano se manifiesta contra una constructora. | Efe

No lo defiendo porque me he tomado la molestia de haber investigado. Lo odio. Las feministas pueden besar mi culo.
En realidad, el feminismo es una guerra contra los hombres y los niños, y funciona al actuar como si se tratara de ayudar a las mujeres. Hasta que la gente rechace  el feminismo (vocalmente), este continuará ayudando a destruir la familia, destruir poblaciones y destruir los lazos entre hombres y mujeres.
Y si perdemos esta guerra, nada más importa. Excepto el programa de la agenda global eugenésis/despoblamiento.
Una última reflexión. Aunque las feministas retratan a las mujeres como iguales a los hombres, no dudarán en retratar a ellas como indefensas víctimas (y por tanto desiguales y en necesidad de nuevas leyes de favor) cuando convenga a su agenda.

viernes, 20 de mayo de 2011

¿PORQUE EL FEMINISMO ES UN FRAUDE? [1]

 …y sólo utiliza la 'lucha por los derechos de la mujer' como una autorización para declarar la guerra a los hombres.

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El feminismo tuvo mucho que decir en su día (antes de que yo naciera, si me permiten la apostilla). Cuando miramos sus creencias fundamentales, todo lo que imponen a la sociedad a través del Gobierno (impuestos masculinos) gira torno a algunas constantes:


1. Los hombres no pueden ser víctimas. Las mujeres no pueden ser criminales.

2. Las mujeres han sido oprimidas, todavía son oprimidos y lo único que puede salvarlas es el feminismo.

3. Las mujeres han sido explotadas por construcciones patriarcales como son por ejemplo, el capitalismo.

4. Las mujeres son iguales (o superiores) a los hombres en todos los sentidos.


El feminismo es una ideología. Como el comunismo. De hecho, las feministas extrajeron sus ideas sobre la destrucción de la familia, capitalismo etc. de Karl Marx.

 "El feminismo, el socialismo y el comunismo son una y la misma cosa, y el Gobierno socialista y/o comunista es el objetivo de feminismo." - Catharine A. MacKinnon, hacia una teoría feminista del Estado (First Harvard University Press, 1989), p.10

Toda la “emergencia” de las que se hacen llamar “mujeres empoderadas” o mujeros [empowered women o wimin (no les gusta la palabra woomen/mujeres porque contiene la palabra men/hombres') fue sólo posible por el patrocinio de las corporaciones ultra-capitalistas. Los benefactores principales fueron el cartel bancario de los Rockefeller. Fuente. También, los intereses corporativos se integraron en las campañas feministas. Las compañías de tabaco, siguiendo las instrucciones de Edward Bernaise, pagaban a mujeres para que se unieran a las marchas de mujeres fumando cigarrillos, para asociar 'empoderamiento' con la compra de su producto. Las mujeres, siendo fáciles de liderar, cayeron por supuesto en la trampa. Fuente. La CIA también tuvo un gran papel que desempeñar en su proliferación en los medios de comunicación, igualmente. Fuente.
¿Por qué habrían de financiar los Rockfeller el feminismo? Bueno, primeramente querían a las mujeres en los centros de trabajo. Eso representaba que al fin podrían imponer tasas a la otra mitad de la población. Sus hijos tendría que incoporarse a las escuelas dirigidas por el estado, para poder ser 'adoctrinados' en todo lo que fuera necesario para mantenerlos dependientes del consumismo y leales al Estado. La familia nuclear tendría un ahogamiento por inmersión. No tenía nada que ver con el 'empoderamiento de la mujer'. De hecho, lo que hizo fue lo contrario.

"Destruyes la familia, destruyes el país." – V.I. Lenin

Así, el feminismo anda ahora desbocado. Como lo políticamente correcto, que hace lo contrario de lo que dice. Pretende dar derechos a la mujer, pero sólo por atacar a los derechos de los hombres. Cualquier cosa que beneficie a las mujeres es visto como 'empoderamiento, o poder femenino' o algún otro eslogan, cualquier cosa que beneficie a los hombres es sexista.¿ Clubes masculino? Sexista! ¿Clubes de mujeres? !Empoderamiento! Q

El sabor del día es la "discriminación salarial". Tengo escrito sobre esto ya y muchos otros también. El M.O. feminista es siempre el mismo. Retratar a las mujeres como víctimas de algo, culpar a los hombres como opresores de las mujeres (porque son hombres, por supuesto), presionar por el cambio de derecho para detenerlo. La realidad es evitada convenientemente.

Las feministas dicen que las mujeres están siendo discriminadas porque ganan menos durante su vida. ¡Las madres solteras a menudo no hacen mucho dinero! ¡Ah no, no y no!

El feminismo les dijo a las mujeres que podían ser lo que quieran ser. También le dijeron a las mujeres que estar en una familia nuclear es opresión, que el coito heterosexual es opresión, que tener bebés es opresión (Rockefeller también financió la píldora) de hecho, como algunas líderes feministas escriben:

"No podemos destruir las desigualdades entre hombres y mujeres hasta que destruyamos el matrimonio.": Robin Morgan (ed), Sisterhood is Powerful, 1970, p.537

"Ninguna mujer debiera ser autorizada a quedarse en casa y criar a sus hijos. La sociedad debería ser totalmente diferente. Las mujeres no deberían tener esa opción, precisamente porque si existe esa opción, demasiadas mujeres la eligirían." Entrevista con Simone de Beauvoir, "Sex, Society and the Female Dilemma”, Saturday Review June 14, 1975, p.18.

Como resultado de poder hacer lo que quisieran, entraron en el lugar de trabajo. Eran libres de adoptar los puestos de trabajo que estuvieran cualificadas para (y quisieran) hacer. Sus decisiones reflejan lo que son sus prioridades, que son diferentes a las de los hombres. Los hombres generalmente eligen puestos de trabajo según la remuneración. Las mujeres eligen puestos de trabajo según la flexibilidad, la seguridad y la comodidad. Hacen menos dinero porque eligen empleos que pagan menos. Simple ¿no?

No, no lo es. Las feministas se niegan a aceptar que las elecciones de las mujeres las pusieron en esa posición. Así que culpan a la economía. Los informes que ellas publican siempre ignoran las libres opciones a los puestos de trabajo, las horas perdidas, los días de baja por enfermedad y tal y cual. ¿Por qué? Bien, su agenda está representando a las mujeres como víctimas, por lo que deben sintetizar una realidad distorsionada para impulsar ese programa. Pretenden que todo lo demás es igual. ¿Cómo pueden hacer eso?

domingo, 15 de mayo de 2011

LA FARSA DEL FEMINISMO


LA CENSURA NEONAZI; IMPLACABLE EN ESPAÑA HA CANCELADO EL VIDEO DE YOU TUBE CON LA TRADUCCION ESPAÑOLA.
AÑADIMOS LA VERSION ORIGINAL EN FRANCÉS.

sábado, 14 de mayo de 2011

SAP El Crimen de Odio Definitivo


El Alienador Naïf

"Dile a tu padre que él tiene más dinero que yo, así que te compre él tus botas de futbol."

El Alienador Activo

"No quiero que le digas atu padre que he ganado éste dinero extra. El muy rata lo sacará de la pensión para que no podamos ir a Eurodisney. Acuerdate de que ya la ha hecho antes cuando quisimos ir a casa de la abuelita en navidad.

El Alienador Obsesivo

"Amo a mi hijo. Si el juzgado no puede protejerlo del abusador de su padre, yo misma lo haré. Aunque nunca haya abusado del niño, yo se que solo es una cuestión de tiempo. Los niños sienten terror de su padre. Si no quieren verlo, no voy a ser yo quien los fuerce. Ya son mayores para tomar sus propias decisiones."

domingo, 1 de mayo de 2011

Fue el amigo multimillonario de Karl Marx, Frederich Engels quien engendró la idea del "feminismo" como vía de destrucción de la sociedad, pensaba él ingenuamente que solo de la sociedad "burguesa". Lenin añadiría más tarde: "destruyes la familia, destruyes el país". El feminismo fue fomentado desde el socialismo real como un arma revolucionaria en su propio beneficio. Eso fue así hasta que los grandes emporios financieros e industriales de los EEUU se dieron cuenta de la rotura de la cohesión social que se podía lograr si se incorporaba a la mujer al trabajo: bajada del valor del trabajo por el incremento de la oferta, alienación de los hijos de los padres que iban a permitir inculcar en la infancia los valores de la naciente sociedad de consumo, aislamiento social de las personas y un método de feminizar a los hombres y masculinizar a las mujeres haciendo del conjunto social una masa mucho más facil de dominar. Los datos exactos pueden buscarlos en entradas anteriores.

miércoles, 20 de abril de 2011

EL FEMINISMO NO ES INDEPENDIENTE

Ningún feminismo nace sin el amparo de una teoría política que lo inspira ni se define sin su corriente originaria.

Cada feminismo o bien está vinculado a una corriente política de derecha o izquierdas, o bien está sumido en una deriva ideológica indefinida como degeneración de una corriente definida. Pese a las percepciones erróneas de los feminismos como planteamientos independientes (similares, por otra parte, a las que se tiene comúnmente de mitos como el ecologismo, la naturaleza o la cultura), cada feminismo comparte el destino de la corriente que lo inspiró.

martes, 19 de abril de 2011

Mª PRADO ESTEBAN, LA FEMINISTA MAS INTELIGENTE, HOSTIGADA POR EL FEMINISMO MAYORITARIO

Entrevista: Prado Esteban

Anarquista y madre de familia numerosa, se considera víctima de acoso y hostigamiento por parte del feminismo mayoritario. Sus opiniones dan mucho que pensar

Frank G. Rubio: ¿Cómo te definirías personalmente?

Prado Esteban: Soy una persona común, miembro de la CNT, sin currículo académico ni título universitario alguno. Me he sentido comprometida siempre con los ideales de una sociedad en que la libertad consciente y equitativa sea la mayor aspiración de los sujetos. Mi feminidad ha sido marcada por mi pertenencia a una familia tradicional y rural donde las mujeres representaban una fuerza, energía y  sabiduría muy valoradas y respetadas. Mi condición de madre de familia numerosa, un bagaje experiencial situado en las antípodas del imaginario feminista, me ha convertido en víctima de acoso y hostigamiento por parte de estos sectores.

F. G. R.: En diversos ambientes, y con justificación a mi modesto juicio, comienza  a hablarse de “feminazismo”…

P. E.: El  Manifiesto SCUM (siglas  en inglés de la Sociedad para el Exterminio del Hombre) es un ejemplo de feminismo fascista e ideología exterminacionista. Sus seguidoras y seguidores han aumentado al calor de la propaganda sobre la violencia de género. Son los herederos del feminismo de la Sección Femenina y del nacional-catolicismo franquista. Pero no todo el feminismo es fascista, hay una gran multiplicidad y riqueza de tendencias, lo que hace que esta ideología tenga una eficacia social aterradora, una gran capacidad destructiva de estructuras sociales y de los propios sujetos. Su variedad implica también que existan  tendencias parcialmente apoyables.

FGR: Tú que eres, además de una mujer comprometida política y socialmente, madre de familia numerosa, ¿cómo ves tanto la génesis como el impacto en nuestra sociedad de la Ley de Violencia de Género?

P.E: La ley parte del principio de que la violencia sobre la mujer es estructural, producto “de  las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres”. Eso significa que todos los varones, por el hecho de serlo, son potencialmente maltratadores. Esa afirmación no demostrada, justifica la injusticia de que los dos sexos no respondan de sus acciones de la misma manera, lo que es un agravio tanto para los hombres, que son castigados de forma mucho más severa, como para las mujeres, que somos despojadas de nuestra naturaleza humana más esencial, la responsabilidad sobre nuestros actos, y tornadas en infantiles e inmaduras y, por ello, necesitadas de  la “especial protección” de las instituciones.

FGR: ¿Qué te sugiere el nombre de Simone de Beauvoir, para muchos la decana del feminismo contemporáneo avant la lettre?

P.E: Beauvoir es el paradigma del feminismo como ideología misógina, que considera a la mujer un ser inferior biológica y esencialmente y deplora la feminidad en todas sus facetas, pero especialmente en la maternal. Sus ideas han servido para enviar a millones de mujeres a las ergástulas del trabajo asalariado. Su  pensamiento fue muy apreciado por la Sección Femenina, y loado por personajes tan importantes como la Condesa de Campo Alange, autora  de “La Secreta Guerra de los Sexos” publicado en España en 1947, dos años antes que “El Segundo Sexo” de Beauvoir, y cuyo contenido es muy similar; o Mercedes Fórmica, una figura sobresaliente del falangismo desde sus orígenes.

FGR: España participa en la guerra de Libia y en el avasallamiento genocida de Afganistán. Así como en numerosos episodios de pacificación seudohumanitaria a lo largo y ancho del planeta. ¿Qué conexión ves entre el nuevo feminismo, auspiciado por el PSOE y lo que ha dado en llamarse a sí misma “izquierda”, influenciados por las corrientes norteamericanas académicas más sectarias, y la militarización progresiva de nuestra  sociedad?


P.E: La deriva militarista del feminismo moderno es un hecho. No es casual que el mayor desarrollo de la actividad del ejército español en el exterior (aumento de las tropas destacadas, crecimiento de las exportaciones de armas etc.)  se haya hecho durante el mandato ministerial de la feminista Carme Chacón. La incorporación de la mujer al ejército profesional ha sido el factor más importante para romper el antimilitarismo tradicional de la sociedad española: ésa es la obra del feminismo androfóbico.

FGR: Pasar del patriarcado al matriarcado, permaneciendo todo lo demás igual o peor, da poco juego a quienes creemos en la posibilidad de una sociedad más libre y mejor ¿no?

P.E: Toda sociedad basada en los privilegios es una sociedad indeseable, pero no creo que vayamos a un matriarcado. Las ventajas que se dan a la mujer van unidas a una especial opresión,  una brutal limitación de nuestras libertades más básicas. Estamos sometidas a un implacable adoctrinamiento que niega nuestra condición humana como seres con libertad de conciencia, se nos impide la maternidad, se nos considera irresponsables… En la cima del pensamiento feminista oficial está un hombre, Miguel Lorente, del PSOE, que dicta la ortodoxia en estas cuestiones. De manera que más que de matriarcado hay que hablar de neopatriarcado.

FGR: ¿En qué estás trabajando ahora?

P.E: En este momento estoy trabajando en un libro, “Feminismo y feminicidio”, en el que me propongo una reflexión profunda sobre el impacto del feminismo sobre las mujeres (y sobre los hombres). Es un error creer que el  feminismo representa a la mujer, que es un movimiento de mujeres. No sólo no es así, sino que somos millones las que hemos sido sus víctimas.

jueves, 14 de abril de 2011

LA ALIENACION PARENTAL ES MALTRATO PSIQUICO INFANTIL

El juez Michael Guadagno de la Corte Superior de Nueva Jersey (USA) habla claro: La alienación parental es abuso emocional, maltrato psíquico infantil.

El Juez Guadagno es claro al respecto. Falló la semana pasada en el caso de Sean Goldman, el juez califica el comportamiento del padrastro de Sean y su familia de “despreciable” por llenar la cabeza del niño con información falsa y destinada a socavar su amor por su padre.

Refiriéndose a los “esfuerzos continuos en la alienación parental” iniciada por la madre del niño y continuado por su padrastro y sus abuelos maternos, y su “intento de implantar falsos recuerdos y borrar recuerdos verdaderos de Sean de su padre”, escribió el juez: “Es difícil concebir un ejemplo más dramático de abuso emocional de un niño pequeño



La madre biológica se llevó al menor a su país cuando éste contaba con 10 años y murió hace un año. La alienación parental fue continuada por el padrasto y sus abuelos maternos en contra del padre y de la familia paterna del menor. Un caso clásico de maldad, mezquindad y abuso emocional grave habitual en el SAP. Todos los que niegan y justifican la atrocidad de este tipo de conductas deberían de ser juzgados por crímenes contra la humanidad.

martes, 12 de abril de 2011

FEMINISMO Y LESBIANISMO: MISMOS OBJETIVOS



Homicidio, castración, control, empoderamiento, exclusión... ¿Cual es la diferencia entre los deseos del lesbianismo y el feminismo hacia los hombres? Terroristas lesbianas homicidas. Obseven el gesto de odio y locura de la heroina del comic lesbo-feminista norteamericano "Hothead Poison". Toda una confesión de radicalismo e insanidad.

miércoles, 6 de abril de 2011

LIDIA FALCON EJEMPLO DE FEMINOFASCISTA ESPAÑOLA, PIERDE LA RAZÓN

En una entrevista alucinante publicada este fin de semana en un magazine nacional aparece con declaraciones demenciales y posiblemente antidemocráticas. Fundadora del partido feminista español, lidera un grupo sin actividad ni presencia alguna en la vida pública española.

“Tengo una gran desconfianza hacia los hombres” dice al comienzo de la misma. Pero desconfía de los hombres porque los detesta. Arremete contra ellos porque los considera enemigos de la mujer, una generalización tendenciosa imperdonable. También carga contra las otras feministas que no piensan como ella a las que, traicioneramente, llama traidoras.

“No tengo confianza en el género humano”, “deberían prohibir que la mujer se casara antes de los 40 años y ¡aún es pronto!”, o “la única mujer inocente para un juzgado es la mujer muerta” son algunas de las ‘perlas’ que escupe a la periodista que la entrevista. Lamentable representante de un movimiento con el que ningún ciudadano puede identificarse, por ser equivalente al peor estilo ideológico sexista que ella misma dice combatir. Una ironía más de su discurso acartonado y recalcitrante.

“Los juzgados son una de las instituciones más represivas contra la mujer” afirma impunemente poniéndose en contra de un sistema judicial que, curiosamente, actúa anticonstitucionalmente a favor de las mujeres, discriminando por razón de sexo, a través de la injusta ley de violencia de género que se carga la presunción de inocencia de muchos hombres en este país.

¿Qué más quiere Lidia Falcón? Os lo diré: El supremo poder, el dominio absoluto, exactamente lo mismo que tanto critica que supuestamente poseen en los hombres. Si ellos lo tienen yo también lo quiero. No busca la igualdad real sino la hegemonía hembrista en competición abierta al hombre en todas sus formas.
Dice también que “el mal libro no hay que guardarlo ni regalarlo, simplemente hay que tirarlo”, otra afirmación fascista tan cercana al Tercer Reich como al comunismo del cual proviene. Que ella piense que son malos libros no quiere decir que los demás opinen lo mismo ni le da derecho a destruirlos evitando que otros puedan leerlos y opinar diferente.

Vuelve a generalizar al acusar a su padre de ser un gran ausente de su vida y de todas las mujeres de la humanidad, motivo por el cual se cree en su justo derecho a seguir combatiendo la participación del padre en la crianza y educación de su prole, oponiéndose por ejemplo a la ley de custodia compartida, incapaz de comprender que los hombres han cambiado y están cada vez más comprometidos con sus hijos.

Lidia Falcón ha perdido el tren y la razón. Anarquista fascista sin causa, no la siguen ni las propias mujeres que se dan cuenta de que su discurso radical y trasnochado las lleva a una lucha que no quieren de ninguna manera, y su lucha es estéril porque la ideología de género es inconsistente e incoherente.

Haría bien en retirarse de una vez por todas.

domingo, 6 de febrero de 2011

MUJERES PAGAN POR SEXO EN EL CARIBE DESDE LOS 70'



                                          ¡¡ NO ES INMORAL SI LO HACEMOS NOSOTRAS !!

La posición del comunismo sobre la liberación de la mujer

Cuando son los propios comunistas quienes declaran su implicación con el movimiento feminista, sobran otras palabras:


 - Nuestra desigualdad no ha sido solucionado completamente y no es cosa del pasado. 



Existe una íntima relación entre la opresión de clase y la opresión de género en la sociedad. 

Bob Avakian en un artículo titulado “Por qué solo la revolución proletaria puede liberar a la mujer” dice: “La liberación de los pobres y explotados del mundo está completamente ligada a la liberación de la mujer de toda dominación y opresión machista, y viceversa; no puede haber el uno sin el otro” 
¡MUJERES COMO ESCLAVAS, NUNCA MAS!




La opresión de la mujer no es “natural”, no siempre ha sido así y no tiene por qué seguir siéndolo, surge con la propiedad privada y la división de la sociedad en clases sociales. En las sociedades primitivas existía una división del trabajo  entre el hombre y la mujer, de una manera natural, basada en el papel de la mujer en el parto y la necesidad de amamantar a los hijos, pero no había relaciones institucionalizadas de dominación y opresión entre la mujer y el hombre. Sólo cuando la sociedad logró desarrollar la capacidad de generar un excedente, por encima de lo que era suficiente para la mera supervivencia, surgió la propiedad privada, las clases sociales, y empezó a dividirse la sociedad entre explotados y explotadores. En este período la familia  primitiva hacía el tránsito desde la familia sindiásmica hacia la familia patriarcal en la cual la mujer pierde el papel central que tenía en la estructura de parentesco, ya había propiedad privada que heredar, ya no contaba el linaje por medio de la descendencia de la madre, surgió la necesidad de la monogamia, amarrar a la mujer a un hombre para que este pudiera garantizar que fueran sus hijos los que heredaran sus propiedades. Como dice Engels: “esta fue la gran derrota del sexo femenino”, desde entonces pasamos a jugar un papel subordinado frente al hombre, a ser parte de su propiedad, junto con sus hijos, sus animales y sus herramientas. Es justamente el momento en que la sociedad está haciendo el tránsito desde el primitivismo hacia el esclavismo: 
“La monogamia fue la primera forma de familia que no se basaba en condiciones naturales, sino económicas, y concretamente en el triunfo de la propiedad privada sobre la propiedad común primitiva… Por lo tanto la monogamia aparece bajo la forma del esclavizamiento de un sexo por el otro, como la proclamación de un conflicto entre los sexos, desconocido entonces en la prehistoria” (Federico Engels)
La aparición de la propiedad privada produjo profundas grietas en la sociedad humana: división en clases sociales, división entre el hombre y la mujer, división entre el trabajo intelectual y el manual y división campo-ciudad; con estas divisiones surgió el Estado como una institución centralizadora y garante del sistema de explotación imperante. Posteriormente, el advenimiento del capitalismo en el mundo daría origen al Estado-nación y con ello se producirían nuevas grietas. Pero en cada sociedad basada en la explotación del trabajo humano, desde el esclavismo hasta hoy, la diferencia e identidad de clase ha venido determinando las otras diferencias/identidades. 
Desde esa época, las leyes y normas que dominan las relaciones entre los dos sexos, incluyendo el papel reproductivo de la mujer, han sido herramientas para garantizar la continuación de estas relaciones de producción. Las ideas, creencias y tradiciones que muestran a la mujer como débil e inferior existen para preservar relaciones de propiedad privada y explotación entre seres humanos, y hacerle creer al pueblo, y en especial a las mujeres, que la sociedad siempre ha sido así, y seguirá siendo así. Este conjunto de ideas que impone la supremacía masculina en las relaciones sexuales, familiares y sociales es el patriarcado, este es perpetuado no sólo por los hombres, las instituciones como la familia, la escuela, la iglesia y el estado, sino también por las mismas mujeres. 
El marxismo niega tajantemente que la opresión de la mujer esté determinada por la biología. No existe un “destino natural” que dicte que la mujer debe ser madre, esposa u objeto mercantil. El mito de la “naturaleza femenina” supuestamente deficitaria con respecto al hombre, es una extensión de la falsa teoría de la “naturaleza humana”, eterna e inmutable. Al contrario, la mujer, al igual que el hombre, es producto de cada sociedad particular y de circunstancias particulares. 
Por ejemplo hoy, ¿cuál sigue siendo la fuente del patriarcado, la supremacía masculina y la opresión de la mujer? La causa fundamental de todo sigue siendo el sistema, pues la sociedad continúa dividida en clases antagónicas, entre explotadores y explotados, con su "red" de relaciones sociales que acompaña a esas divisiones. En el mundo de hoy, sería totalmente imposible desligar la opresión de la mujer del sistema capitalista imperialista, pues es un elemento esencial del funcionamiento del sistema. Y dentro de él la familia como unidad económica fundamental, que desempeña un papel esencial para mantener y reproducir las relaciones de explotación y opresión típicas del capitalismo. 
Un nuevo tipo de relaciones familiares brotará de una sociedad completamente nueva en el ámbito económico, político y social. Tienen que cambiar tanto las instituciones básicas de la sociedad, como el modo de pensar de hombres y mujeres y su manera de relacionarse. No es concebible (ni posible) un nuevo tipo de mujer en el marco de una sociedad decadente y en crisis como la actual. 

Las mujeres del pueblo sufren doble opresión: opresión de clase y opresión de género. 

Como planteara Mao Tsetung, las mujeres del pueblo no solo padecemos la opresión de las clases explotadoras sino que además nos encontramos dominadas por los hombres. Estos dos sistemas de autoridad, son como dos gruesas sogas que nos atan y nos impiden conquistar nuestra libertad. 
La opresión de la mujer y su papel subordinado con respecto a los hombres está íntimamente ligada a la lógica y los intereses del capitalismo (hoy imperialismo). Este es un sistema explotador y opresor que se basa en la apropiación por parte de unos cuantos, de los medios de producción y de la riqueza que socialmente producen millones de personas. Todas las relaciones sociales que se desarrollan bajo este sistema, la brecha entre las clases sociales, la división entre países opresores y oprimidos, la división entre una minoría que gobierna mientras la inmensa mayoría debe obedecer, la discriminación étnica, la desigualdad entre el hombre y la mujer, son producto de la lógica del sistema. El capitalismo-imperialismo, lejos de acabar con las viejas ideas y relaciones que subordinan a las mujeres bajo la autoridad de los hombres, las ha extendido a todo el globo y establecido una mezcla brutal de antiguas costumbres feudales con las más modernas y sofisticadas formas de explotación. 
La explotación y opresión de la mujer son indispensables para el capital imperialista como “una fuente de mano de obra barata” y para la procreación y crianza de “nuevas generaciones de mano de obra barata”. El que las mujeres sean “apetecidas” por ciertos capitalistas como trabajadoras, tiene que ver con sus particulares condiciones, que las hacen mas vulnerables y permiten su sobreexplotación, sobre todo a las mujeres de los países oprimidos. El ser madres cabeza de familia, o con esposos irresponsables, con varios hijos, viviendo en condiciones de miseria, con poca capacitación técnica o académica y con una ideología de sumisión y resignación, las hace “aguantadoras” de las mas viles condiciones. 

El capitalismo-imperialismo no ha traído la “liberación” de la mujer y no puede hacerlo, por más que lo pregone o hipócritamente se abandere de ello como lo ha hecho para justificar sus invasiones en Afganistán o en Irak. En otros países, meramente ha cambiado las formas de opresión disfrazando apenas su naturaleza y esencia reaccionaria con algunas medidas reformistas. 
Pero la opresión de la mujer tampoco respeta diferencias de clase. En otras palabras, en la sociedad de clases las mujeres en general somos oprimidas, dando lugar a resistencia y a importantes movimientos entre las mujeres de distintas clases sociales, tanto en los países imperialistas como en las naciones oprimidas. El marxismo reconoce la especificidad de la lucha de las mujeres y lo justo de nuestro combate al patriarcado, violento y opresivo. Niega que la contradicción entre hombres y mujeres desaparecerá por la buena voluntad de las partes involucradas (sin lucha) o mediante su absorción en el “movimiento general” contra el imperialismo y los reaccionarios, tal y como han querido justificar los partidos reformistas y revisionistas. Una posición tal sólo ahogaría la participación de la mujer y tarde o temprano nuestra resistencia seguiría un camino desfavorable a la transformación. Las mujeres y los hombres del pueblo tenemos que dar una lucha en dos frentes campos: uno, en el “frente interno”, contra toda relación de opresión en el seno de la pareja y la familia y dos, en el “frente externo”, contra toda relación de opresión entre clases, entre naciones, entre grupos étnicos, etc. No será mas bien contra la opresión de genero y la de clase, pues no esta la opresión en el trabajo por ser mujer, la de la religión,,,,??? 
Desligar el uno del otro una lucha de la otra, puede llevar a errores muy graves. Un enfoque que se está promoviendo por doquier para analizar la problemática de la mujer, es que la lucha de las mujeres está por encima de las clases o de laposición política que se tenga, un ejemplo de ello es la llamada “bancada de mujeres” en el congreso de la república. Ni Martha Lucía Ramírez, ni Gina Parodi, ni ninguna otra mujer de las elites representan ni pueden representar a las mujeres del pueblo. La realidad es que no todas las mujeres sufrimos opresión en el mismo grado ni en la misma forma y los intereses de clase y puntos de vista de todas las mujeres no son los mismos. Por eso, nadie debe sorprenderse que las mujeres no podamos reunirnos en un movimiento femenino único. Como dijera Mariátegui, el movimiento femenino tiene, necesariamente, varios colores, diversas tendencias. Las mujeres, como los hombres, podemos ser reaccionarias, centristas o avanzadas. No podemos, por consiguiente, combatir juntas la misma batalla. En las actuales circunstancias históricas, las clases sociales diferencian más a los individuos que el sexo. 
Tampoco los movimientos feministas llegan muy lejos al centrar exclusivamente en la opresión de género y al negar su conexión con las clases sociales y la estructura económica y política de la sociedad. Al negarse a ver el sistema en su conjunto, abrazan inevitablemente el camino del reformismo y de una u otra manera terminan apuntalando el sistema capitalista, así sus luchas sean sinceras y logren algunas conquistas importantes en cuanto a nuestros derechos fundamentales, entre ellos los derechos sexuales y reproductivos, en los que se centran. 
El discurso de “identidad de género” no puede esclarecer científicamente la problemática de la mujer y es indudable que está influenciado por los mismos argumentos teóricos de “identidad” que hoy abundan en los movimientos populares, influenciándolos negativamente y “contribuyendo” a dividir en vez de unir a distintos sectores del pueblo que pueden (y deben) juntarse para la lucha (por ejemplo, las divisiones étnicas, religiosas, culturales, regionales, etc.). 

Las mujeres del pueblo tenemos que tener muy claro que el comportamiento machista de los hombres está condicionado por un sistema social que lo presupone y necesita, los hombres aislados no son los responsables de nuestra situación, ellos no son nuestros enemigos. En última instancia, el responsable es el sistema capitalista imperialista, éste es el blanco principal sin el cual no podrá esperarse ningún cambio de base, pero los hombres tienen que hacerse conscientes de esta situación, ellos son el lado privilegiado en este sistema de relaciones, ellos tienen que renunciar conscientemente a sus privilegios y por eso estamos dispuestas a unirnos con todos aquellos hombres honestos, que quieran darle día a día la pelea al machismo y que estén dispuestos a renunciar a los beneficios que les ofrece esta sociedad patriarcal. 


La opresión de la mujer no puede eliminarse con simples cambios en la esfera ideológica, se necesitan cambios en la base económica y en el sistema de poder político para transformar las demás formas de dominación existentes en la sociedad. 

El posmodernismo ha promovido que los estudios y las acciones se centren en la superestructura de la sociedad, con la ilusión de que pueden lograrse transformaciones al margen de la estructura económica y política dominantes. Es erróneo hablar del sistema de ideas, costumbres y leyes que rigen a una sociedad dada sin analizar cómo estas se corresponden con la base económica (estructura) de esa sociedad, lo que en última instancia, resulta siendo determinante. ¿Acaso puede construirse una nueva cultura, sistema de leyes y demás sin transformar las relaciones sociales de producción, entre ellas, las relaciones de propiedad existentes en esta sociedad? La historia ha demostrado que las sociedades se han transformado haciendo saltar las relaciones existentes en la base económica y revolucionando las instituciones, ideas, costumbres y leyes que actuaban en la superficie y que en apariencia se mostraban como independientes, cuando en realidad se correspondían con la base y servían para justificar el tipo de sociedad correspondiente. 

Todos los discursos de identidad que hacen reconocimiento a la existencia de algún tipo de discriminación o marginamiento, o no pueden ver o niegan que en la base de toda relación de opresión humana existe una relación de explotación. Dicho de otra manera, es la explotación la que determina la opresión y ésta a su vez refuerza la explotación. Es la explotación de una parte de la humanidad por la otra, la división fundamental en clases explotadora y explotada, la que impide la unidad del género humano en sus otros aspectos como la comunidad de hombres y mujeres, de pueblos diversos, culturas, etc. Siendo un hecho objetivo determinante en todas las relaciones sociales actuales, el “asunto” de la explotación del trabajo humano es algo que apenas se menciona en los círculos académicos y se soslaya en los movimientos populares. ¿Podría acaso redimirse la mujer de las cadenas del patriarcado, sin redimirse de las cadenas que la atan al capital? ¿No tenemos las mujeres y los hombres del pueblo un enemigo común en el capital y una diferencia tajante con las mujeres burguesas a pesar de que podamos tener con ellas “identidad de género”? Definitivamente, no se puede luchar a fondo contra la opresión de la mujer aparte de la lucha contra la explotación del trabajo humano. 

Esto explica por qué, al tiempo que se incrementa la participación de la mujer en el trabajo, en las escuelas y universidades, a la vez que se han dictado leyes que protegen nuestros derechos, se han duplicado los asesinatos, agresiones físicas, violaciones, pobreza y demás. ¿No tiene acaso esto que ver con la mayor explotación de las mujeres del pueblo, vendiendo cada vez más barata su fuerza de trabajo y sus cuerpos como mujer-mercancía que se utiliza y desecha en el extenso y jugoso mercado de la prostitución, la pornografía y el modelaje?. ¿No hace esto el juego a las tendencias capitalistas con la cada vez mayor ampliación del sector servicios, en donde la super-explotación de las mujeres se convierte en el “secreto” para una mayor “competitividad” y ampliación de las ganancias? El problema es que una vez convertido el cuerpo de la mujer en objeto que se compra y se vende, el que se le tome por “las buenas” o por “las malas” es algo secundario, dado que en cualquier caso se trata de una mercancía y no de un ser humano como tal, así las leyes burguesas digan otra cosa. Ha sido la necesidad que tienen las clases dominantes de una mayor explotación y saqueo en el mundo la que está apretando cada vez más los grilletes de nuestra opresión a lo largo y ancho del globo, incluyendo las rudas manos del patriarcado que nos asfixia y no nos permite actuar con libertad. 
Por eso es descarado que nos culpen por la opresión que padecemos, pretender que elevemos la "autoestima" con manuales de “autoayuda”, que nos afiliemos a grupos místicos o religiosos, o sembrar esperanzas de que a través de leyes progresistas o elevando a mujeres "destacadas" a cargos importantes, podamos las mujeres encontrar una salida al infierno en que vivimos. Tampoco se trata de reformas educativas, escolaridad general (por más necesaria que sea) o que el problema sea de democracia "imperfecta", promoviendo la "democracia participativa" y reformas de ese tipo. Lo que se necesita es cambiar la sociedad de raíz, tarea necesariamente difícil y que requiere la acción mancomunada de todos los oprimidos, incluidas nosotras las mujeres. 
Necesitamos construir un poderoso movimiento femenino, que no limite el ámbito de sus luchas a alcanzar un marco de igualdad jurídica, por importante que ella sea. El comunismo nos llama a las mujeres a “romper las cadenas y desencadenar nuestra furia como una fuerza poderosa de transformación”, lo que quiere decir luchar por un mundo sin capitalismo, sin opresión de clases, sin opresión de unas naciones por otras o de unos grupos humanos por otros y, al mismo tiempo, luchar contra las viejas relaciones visibles u ocultas que refuerzan la dominación masculina en el seno de la familia, el matrimonio, las relaciones personales y sexuales. 
Se necesita con urgencia un nuevo tipo de sociedad, que incorpore plenamente a la mujer al trabajo productivo liberándonos de la esclavitud del trabajo doméstico y haciéndonos partícipe cada vez más de la administración de la sociedad en su conjunto. Como dijo Mao Tsetung: “Todo lo que puede hacer un hombre también lo puede hacer una mujer”. Bajo el socialismo se demostró que las mujeres somos capaces de participar plena e igualmente en todas las esferas de la actividad humana. En ese sentido el capitalismo es ya una traba para el avance de la sociedad, pues restringe la participación de las mujeres en multitud de campos, frena nuestra participación y por tanto, frena también el desarrollo de la humanidad en su conjunto. 
La revolución no se puede hacerse sin la participación de las mujeres. 

Los pueblos y por supuesto las mujeres, hemos sido los verdaderos gestores de la historia, pero hasta ahora pocas veces hemos disfrutado las mieles de la victoria. Vez tras vez han visto como, después de derramar su sangre en las grandes luchas, un nuevo sistema opresor se montaba sobre las cenizas del anterior y excluía inmediatamente a aquellos que habían contribuido a su derrumbe. Tenemos numerosos ejemplos en las guerras de independencia, en las grandes revoluciones europeas, incluyendo la revolución francesa que corrió a guillotinar a sus mejores hijos e hijas en el proceso de apuntalar el sistema capitalista que alumbraba su nacimiento. Las revoluciones socialistas del siglo XX, si bien rompieron esta tendencia, apenas marcaron el comienzo de lo que constituirá un verdadero proceso de emancipación y aún es mucho lo que toca corregir en el balance que se haga de esta primera oleada de revoluciones proletarias. 

Lo que sí queda claro es que de nuevo, no se puede hablar de la lucha contra el sistema capitalista e imperialista sin involucrar a las mujeres y esto no será posible si no se tienen en cuenta los factores que contribuyen a su propia emancipación. Estas dos luchas constituyen una fuerza motriz imprescindible. En más y más puntos del globo, las mujeres se levantan y combaten por una nueva sociedad en Nepal, Filipinas, India, Colombia, Turquía, EE.UU o donde quiera que el pueblo se prepara para el día en que sea posible tumbar a los opresores. Por el contrario, este es uno de los factores que estanca la lucha de los pueblos árabes, como el pueblo palestino, que debido a prejuicios religiosos, prohíbe la participación plena de la mujer en los procesos de liberación. 

Donde quiera que la mujer ha levantado desafiante la cabeza, la reacción de distintos sectores de la sociedad es muy diferente. Los opresores sienten temor y dicen: "¿Qué? La mujer no debe portarse así. No es femenino. Es horrible. ¿Mujeres marchando? ¿Mujeres ejerciendo el poder? ¡Son fanáticas!! Ponen en peligro nuestro poder. Es malo para los negocios". Pero para los oprimidos y la gente trabajadora de todas partes, esas mujeres revolucionarias son una inspiración, son parte de nosotros, somos de la misma sangre y luchamos juntos por el mismo ideal. La profundidad de un movimiento revolucionario puede medirse exactamente por el nivel de participación de la mujer en todos sus niveles, pero especialmente por su papel de liderazgo en el terreno político, dirigiendo al pueblo hacia la construcción de una nueva sociedad de arriba abajo. 

Las clases dominantes se sorprenden que las mujeres quieran participar masivamente de los movimientos sociales, que quieran afiliarse a los partidos y entrar a la lucha política en serio, no ven que es la respuesta a milenios de exclusión y segregación, al tratamiento que ellos les han dado como seres inferiores o de segunda categoría. Pero una vez ellas toman conciencia de su propia fuerza y de su activo papel en el futuro de la humanidad, no hay poder alguno que pueda detenerlas. Por eso es tan importante que los movimientos populares y revolucionarios construyan un verdadero ambiente de igualdad, pues se constituye en un poderoso atractivo para las mujeres en dos sentidos: la esperanza de liberarse ellas mismas del yugo patriarcal y liberarse junto a sus compañeros de las cadenas de la explotación de clase. 

Está demostrado como hombres y mujeres cambian en ese proceso de hacer revolución. Las mujeres descubren una vida en pie de igualdad, participan en la construcción de la nueva sociedad, dejando atrás la humillación, pobreza y falta de educación. Saben que si entran a la lucha no las van a violar, no las van a humillar ni degradar por ser mujeres, por ser pobres o por no tener estudios. En ese proceso irán aprendiendo a lidiar con los problemas de la sociedad, llegarán a hacerse dirigentes seguras de sí mismas y capaces de conducir a otros por el camino de la transformación. Jamás aceptarán volver a la degradación y miseria que el sistema les ofrecía. 


La liberación de la mujer es parte integral del programa, estrategia y metas de los comunistas. 

Los comunistas de ambos géneros son luchadores de primera línea por la emancipación de la mujer. La lucha contra la opresión de la mujer forma parte integral de su programa, estrategia y metas. Muchas organizaciones de izquierda, y muchas personas que se consideran de izquierda, reproducen relaciones de opresión, en la casa, en el trabajo y dentro de la organización; niegan el problema de la opresión de la mujer, o lo consideran “un mal menor”. Dicen: “eso era antes”, “eso no tiene nada que ver con nosotros” o “eso es normal”. Su falta de compromiso con la lucha por la liberación de la mujer, los hace cómplices. La revolución comunista no ve en las mujeres solo militantes para abonar sus filas; la incorporación de la mujer es esencial para la clase de revolución que se propone librar. 

Ninguna organización política ni ningún movimiento transformador conceden tanta importancia y dedican tan ingentes esfuerzos a la lucha por la emancipación de la mujer. Esto se debe a que no desligan la emancipación del proletariado internacional de la liberación de la mujer, pues no es posible eliminar la opresión de la mujer sin forjar una nueva sociedad sobre una base diferente: sin explotación y sin clases. Además, los comunistas son los únicos que han logrado plasmar esto en los hechos. 

El marxismo argumenta poderosamente que los problemas de la mujer no se resolverán en el marco de la vieja sociedad. Esto solo es posible, tumbando el sistema actual y en eso se diferencia radicalmente de las organizaciones reformistas. Con el triunfo de la revolución se abre el camino para la solución de los problemas de la mujer y se logrará la igualdad en el marco de la construcción del socialismo y su avance hacia el comunismo. 

Durante la revolución china por ejemplo, las mujeres saborearon la verdadera emancipación: podían andar libremente en las calles sin que alguien las acechara para hacerles daño, ya no se vendía a la mujer, ya no la dominaban su esposo ni su familia, ya no se le pegaba ni la obligaba a tener hijos, no se mataba a las recién nacidas y se acabó de raíz con la prostitución. Las mujeres dejaron de ser un cero a la izquierda e hicieron parte de la lucha por mantener el poder contra los representantes de lo viejo que exigían que la mujer fuera devuelta a la cocina. Durante la Revolución Cultural, fue precisamente una mujer, Chiang Ching, la líder más destacada y representativa. 

Los cambios no ocurrieron de la noche a la mañana y sin controversia, muchos hombres y aún mujeres se opusieron. Pero para los comunistas militantes, no se trata de proyectar un ideal de sociedad futura mientras en el presente y en la vida privada, se perpetúan las viejas relaciones de dominación y subordinación de las compañeras. No se pueden romper todas las cadenas menos una. ¿Cómo se puede hablar de abolir la explotación, la opresión del pueblo, de barrer todas las inequidades y dejar intacta una? La cuestión de la mujer es una piedra de toque entre los mismos oprimidos, el dilema es: ser parte de la opresión de la mujer, o querer luchar contra ella. Un pueblo no puede ser libre, si la mujer sigue esclavizada. Para los comunistas este es un punto de deslinde entre reformismo y revolución y un reto permanente en todas sus actuaciones. 

Junto con sus hermanas, compañeras y camaradas, ellos dicen: nunca más queremos oír que los problemas de la mujer “tienen que esperar”. Nunca más se le permita a nadie practicar el machismo sin que enfrente la crítica y lucha más resueltas. Si la mitad de la humanidad se queda paralizada y en la sombra, difícilmente se podrá cambiar la terrible situación en que se encuentra el género humano y el planeta mismo. Eso se sintetiza en la consigna… ¡Mujeres como esclavas, nunca más! 


El liderato de la mujer comunista. 

Para poder desplegar plenamente su iniciativa y capacidad, las mujeres comunistas deben dar varias luchas al mismo tiempo. En primer lugar, la lucha interna, que consiste en combatir el efecto de los valores patriarcales en ellas mismas, tales como la tendencia fatalista, el complejo de inferioridad, el síndrome de culpabilidad, el sentimiento de victimización, etc. Deben afirmar la confianza en sus propias fuerzas y capacidades en medio del fragor de la lucha (no se puede cambiar sino metiéndose a la lucha). 

En segundo lugar, ser serias y rigurosas en el trabajo científico y de investigación, ponerse a la altura e incluso sobrepasar a los hombres en los análisis y en las acciones, para poder elevar su nivel de participación y no seguir ciegamente las directivas, reproduciendo el esquema tradicional. 

En tercer lugar, deben participar activamente en las luchas internas de los partidos y movimientos y dar la pelea contra todas las manifestaciones del patriarcado a su interior, algunas de las cuales son: 
- Tendencias que consideran a las mujeres solo como ayudantes y no como protagonistas. 
- Relegarlas al trabajo material y subordinado, mientras los hombres concentran el trabajo intelectual y de dirección. 
- Restar importancia a las luchas de las mujeres y centrarse solo en las luchas políticas o de clases. 
- Luchar por hacerse valer por lo que son al tiempo que los hombres renuncian conscientemente a sus privilegios patriarcales. Esto se manifiesta por ejemplo en la aceptación formal del liderato femenino, mientras en esencia se rechaza. 
- Oponerse al trato de la mujer como objeto sexual: “Las mujeres son iguales a los hombres en todo sentido. Deben ser tratadas como camaradas en la lucha revolucionaria, y no como propiedad o premios. El maltrato físico o verbal de la mujer o tratarla como un objeto sexual es completamente contrario a todo lo que representamos” (Programa del PCR-EU). 

En cuarto lugar, la mujer debe participar amplia y extensamente en la lucha política y de clases. El trabajo femenino no es algo para que hagan solamente las mujeres, una rama reservada a ellas y donde se sienten a gusto. Por el contrario, ellas deben participar de todas las ramas del trabajo pues de lo contrario, se estarían confinando al reducido marco de sus intereses más estrechos y marginándolas de los grandes problemas de la sociedad, del ejercicio del poder mismo y reduciendo el alcance de sus aportes y su participación. 

Estos son los planteamientos básicos de los comunistas acerca de cómo alcanzar una auténtica liberación para la mujer en la sociedad, en relación a la emancipación de toda la humanidad. 
Gracias.